Orgulloso. Quien más corazón le puso a la derrota y quien más sensación de querer cambiar las cosas demostró fue el capitán. Futbolísticamente tampoco fue su mejor día.
Vendido. Viene siendo la tónica habitual para el guardameta en los últimos partidos. No está parando los tiros, pero es que milagros los justos. Ayer volvió a quedar muy vendido por su defensa.
Incapaz. No fue su día en ningún lado del campo. En ataque aportó más bien nada y en defensa no fue contundente. De hecho el segundo gol del Athletic llega tras un despeje suyo muy poco contundente.
Correcto. De la línea defensiva fue el jugador más correcto en tareas defensivas. Sin embargo, como el resto de su compañeros, le faltó tensión en las dos acciones de gol del Athletic.
Asistente. Se vistió de extremo para inventarse una gran acción que culminó con el empate del Valencia. En defensa sigue sin mostrar su versión más contundente desde que regresó de lesión.
Solo. Con el balón en los pies fue el jugador que más pases con sentido trató, pero se encontró demasiado solo en tareas de creación. También le faltó atrevimiento en algunas acciones.
Inoperante. No hizo nada de lo que se espera de un centrocampista. Ni dio sentido al juego, ni rompió líneas. Tampoco creó peligro con llegadas. En ciertos tramos no parecía estar en el campo.
Plano. No rompió líneas, ni con pases ni mediante conducciones. En general no explotó sus virtudes, que son muchas. Entró poco en contacto con el balón y cuando lo hizo fue muy plano.
Incómodo. El plan del Athletic para sujetar a Lino salió a la perfección. Entró muy poco en contacto con el balón y cuando lo hizo no estuvo en posición de desequilibrar ni crear peligro.
Incapaz. No está preparado para jugar aún, y menos un partido de tanta magnitud. Encaró poco y, cuando lo hizo, no le salió bien casi nunca. En general aportó poco al partido.
Desapercibido. Pasó desapercibido los minutos que estuvo en el terreno de juego. La única acción en la que entró en contacto con el balón en una posición peligrosa la jugada estaba anulada.
Desesperado. En esta ocasión ni en el plan inicial acertó. Y tampoco fue capaz de cambiar el rumbo del partido con los cambios. Valverde le ganó la partida. Sigue dando síntomas de desesperación.